Para quien llega a Buenos Aires en verano, la ciudad está más abierta, sin el trajín de la actividad laboral a pleno y todo se disfruta más. Las calles despejadas permiten llegar de un lugar a otro y recorrer sin apuros rincones clásicos y no tantos. En la zona del Parque Lezama, hay dos bares legendarios: El Británico y El Hipopótamo, emblemáticos sitios de la capital de Argentina, donde nunca se sirvió en vasos de plástico.
Y en la otra punta, en Palermo; sobre la avenida del Libertador, los amantes del turf pueden darse el gusto de ver carreras de caballos sobre la arena del Hipódromo. También allí, excelente gastronomía en El Batacazo, con exquisita carta gourmet y más opciones en los bares y restoranes de las salas de juego, con amplitud de metros cuadrados y los más sofisticados slots.